sábado, 6 de julio de 2013

LA MAGIA DEL ORYX 2

 
CAPÍTULO 2
 

Por la mañana alcanzaron el monte Sula, mientras el sol brillaba detrás de su escarpada cumbre dando un brillo acerado a las grises piedras.

—¿Tenemos que subir hasta arriba? —preguntó Nyx con evidente entusiasmo.

Artus asintió mirando hacia la cumbre para calcular el tiempo que tardarían en ascender por la empinada ladera.

—Pues manos a la obra —siguió Nyx trepando ágilmente mientras su hermano le seguía más pausadamente.

—¡Nyx! —le llamó el mago cuando se adelantó demasiado—. Ve más despacio o te cansarás enseguida.

—Veo que ya te vas haciendo viejo, querido hermano —le contestó riendo y sin dejar de escalar como una cabra.

Al rato tuvo que parar en un saliente jadeando de fatiga y unos instantes después, llegó su hermano sin apenas tener acelerada la respiración.

—Parece que el que se está haciendo mayor eres tú —le dijo sonriendo socarronamente.

—Otra vez tengo que darte la razón, oh sabio hermano —replicó Nyx entre jadeos.

Artus mostró los blancos dientes en una amplia sonrisa y sacó algo para comer mientras descansaban. Cuando Nyx recuperó el resuello continuaron hasta la cumbre.

En la parte más alta había un pequeño templete de amatista y a él se dirigió Artus sin vacilar con Nyx pegado a sus talones, pero cuando llegaron a la entrada, Artus apoyó suavemente la mano en el hombro de su hermano.

—Espérame aquí.

—¿Es peligroso? —le miró Nyx preocupado.

—No, no te preocupes —le tranquilizó el mago—. Es sólo que no estás preparado para este hechizo.

Le acarició suavemente la mejilla con su mano fuerte y morena antes de darse la vuelta y penetrar en el templete. Unos minutos después un intenso resplandor violeta envolvió el templete y enseguida apareció Artus con un objeto brillante en la mano.

—¿Qué es eso? —preguntó Nyx asombrado.

Artus alargó la mano y le mostró el objeto. Se trataba de una pequeña esfera de amatista y su hermano la miró alzando una ceja.

—Oh, está bien. Te lo explicaré —accedió Artus—. Es una de las piezas que abren la entrada a la Biblioteca de Zarauz. Necesito consultar ciertos pergaminos que hay allí.

—Nunca había oído hablar de esa biblioteca —se extrañó Nyx.

—Por supuesto. Sólo los magos de un nivel… (no es por presumir, ¿eh?) muy elevado, conocen la existencia de ese lugar —respondió su hermano con fingida petulancia.

—Ya —sonrió Nyx—. ¿Y a qué se debe tanto secreto?

—En ella están encerrados todos los conocimientos de la magia —respondió Artus de nuevo serio—. Será mejor que prosigamos nuestro camino hasta el próximo templete, en el lago Lasame.

—¿Está muy lejos? —preguntó Nyx mientras recogían sus cosas.

—No demasiado —respondió el mago—. Primero atravesaremos Velsite, después el bosque Foren y enseguida encontraremos el lago.

Bajaron por el otro lado de la ladera del monte Sula hasta el camino que llevaba a Velsite y, después de dos horas de camino, llegaron a un cruce donde se encontraron con un comerciante que viajaba en una carreta.

—Buenos días —saludó amablemente— ¿Adónde os dirigís, amigos?

—Vamos a… —empezó a contestar Nyx pero al momento se quedó sin voz.

—Vamos a Velsite, a visitar la feria —contestó rápidamente Artus.

—Es lo que estaba a punto de decirle —prosiguió Nyx recuperada la voz y mirando furibundo a su hermano.

Éste arqueó las cejas con una sonrisa de disculpa.

—Yo también voy allí —dijo el comerciante—. ¿Queréis subir y así podremos entretener el trayecto charlando?

—-Claro que sí —respondió Nyx al instante, subiendo a la carreta de un salto.

Artus subió sonriente, sabía que su hermano no iba a desaprovechar la ocasión de oír  las historias sobre los viajes del comerciante.

—¿Con qué comercia? —preguntó el muchacho.

—Con pájaros exóticos —respondió satisfecho el comerciante—. Los he buscado por todo el mundo y son los más bellos que se pueden encontrar en todo Dunai.

—¿De veras? —preguntó Nyx entusiasmado—. Me gustaría mucho verlos.

—Si me ayudas a descargar, cuando lleguemos, los verás —contestó el comerciante astutamente.

Nyx se volvió dudoso hacia su hermano y éste asintió con una sonrisa.

—Por supuesto que le ayudaré —afirmó entonces.

El viaje se hizo corto para el joven escuchando las increíbles historias del viejo comerciante. Había escuchado boquiabierto las más fantásticas aventuras mientras su hermano sonreía indulgente ante tamañas falsedades.

Una vez en Velsite, Nyx contempló fascinado los maravillosos plumajes de las aves que estaban descargando.

—Jamás pensé que existieran pájaros con semejantes colores —observó Nyx a las aves admirado.

—Y no existen —respondió su hermano riendo quedamente —. Están pintados.

—¿Qué? —exclamó Nyx asombrado—. Pero entonces es un estafador.

—Ya lo creo —volvió a reír Artus—. Vamos, hemos terminado lo que le prometimos.

—Vaya forma de tomarme el pelo —refunfuñó el chico alejándose con su hermano.

La feria estaba llena de puestos que mostraban objetos raros y maravillosos y Nyx pronto recuperó su buen humor.

—¡Mira eso! —exclamó tirando del brazo del mago para que se detuviera. Un ilusionista hacía juegos increíbles con luces de colores.

—¡Es fantástico! —dijo Nyx fascinado.

—Vámonos —gruñó Artus tirando de él—. Yo puedo hacer cosas mucho más interesantes.

—Pues nunca las haces —respondió rápidamente su hermano pequeño.

—No creo que sean dignas de un verdadero mago —dijo Artus mirándolo con superioridad.

—Siempre me enseñas cosas prácticas —se quejó—. Si me enseñaras algún truco así, dejaría boquiabiertos a todos.

—Así que prefieres que te enseñe hechizos vistosos y espectaculares que no sirven para nada —le miró con una mueca Artus—. Muy inteligente por tu parte.

—Oh, ya sabes a qué me refiero —suspiró Nyx exasperado.

—Cuando hayas aprendido todo lo útil, te enseñaré los adornos más impresionantes que te puedas imaginar —le prometió el mago con una sonrisa inocente.

—Pues vaya plan.

Hacia media tarde, Artus consiguió arrastrar a su hermano fuera de la feria y prosiguieron su camino hacia el bosque Foren.

Dos días más tarde, llegaron a la linde del bosque que era enorme y muy espeso. Además, los árboles eran de lo más variado, había sauces, hayas, robles, castaños e infinidad de otras especies. Crecían tan juntos que apenas había vegetación que cubriera el suelo de tierra negra y húmeda. Sólo en algunas partes, un espeso manto de musgo tapizaba el oscuro suelo.

Los dos hermanos penetraron en la espesura siguiendo los estrechos senderos y agobiados por el calor sofocante que reinaba, ya que al ser tan tupido impedía el paso de la brisa.

Al anochecer acamparon en un pequeño claro y mientras Artus preparaba el fuego, Nyx sacó las provisiones y se disponía a preparar la cena, cuando se oyeron a lo lejos una serie de aullidos apagados, mezclados con gruñidos y rascaduras. Nyx se sobresaltó y miró alarmado a su hermano.

—¿Qué es eso?

—Supongo que será una manada de hombres-lobo —respondió el mago sin inmutarse.

—¿Hombres-lobo? —preguntó el muchacho con los ojos muy abiertos. Después miró pensativo a los altos árboles que les rodeaban—. ¿Pueden subir a los árboles?

—Mejor que nosotros —rió Artus, luego continuó cenando tranquilamente.

Nyx le imitó pero sin dejar de mirar a su alrededor con aprensión. Cuando los sonidos se acercaron, se levantó y miró a su hermano inquieto.

—¿No crees que deberíamos irnos de aquí? —preguntó con incertidumbre.

Artus se acercó a él y le hizo sentarse a su lado.

—¿Es que no confías en mí? —le rodeó los hombros con su brazo—. Yo nunca permitiré que te ocurra nada malo.

—No tengo miedo… si estoy contigo —sonrió Nyx apretando una de las musculosas manos del hechicero con la suya, mucho más pequeña. Por fin se quedó adormilado apoyado en el hombro de su hermano hasta que éste le sacudió suavemente.

—Despierta —susurró—. Ya están muy cerca, tenemos que prepararnos.

Apenas había conseguido espabilarse cuando reconoció las primeras siluetas que se acercaban rápidamente. Artus le empujó detrás de él con su mano izquierda, mientras que con la derecha descargaba un fuego blanco contra el primero de ellos. El hombre-lobo, envuelto en las mágicas llamas, aulló de dolor y se desplomó. Los demás, avanzaron intentando rodear a sus víctimas pero Artus lanzó su magia barriendo la primera fila de monstruos y los siguientes vacilaron un momento, estudiando la estrategia de ataque. Nyx intentó ver a las bestias, pero su hermano era mucho más alto y fornido que él y su cuerpo musculoso bloqueaba su visión.

La manada avanzó, dividiéndose en tres bloques, pero Artus siempre atento dividió el fuego en multitud de dagas de luz que arrasaron las filas de los hombres-lobo.

Nyx miraba fascinado los movimientos felinos de su hermano, girando con una rapidez cegadora para repeler los ataques, a la vez que controlaba siempre la posición donde se encontraba el muchacho.

Por último, se abalanzaron todos los monstruos contra el mago intentando avasallarlo con su número. Éste retrocedió un paso intentando detener el aluvión y en ese momento, Nyx oyó un ruido a su espalda y entonces pudo ver bien a uno de esos seres que parecía un cruce de lobo y hombre. Tenía un cuerpo grande y poderoso, cubierto de un hirsuto pelo castaño, las manos eran zarpas con uñas afiladísimas y la cabeza poseía las fauces de un lobo.

La criatura, que se había escabullido entre los árboles para atacar por detrás, se acercó lentamente a Nyx sin producir el menor ruido. El muchacho miró un momento hacia su hermano pero éste estaba muy ocupado luchando con el resto de la manada, así que sacó su daga y esperó.

Cuando estuvo bastante cerca, la bestia dio un enorme salto extendiendo las garras para destrozar a su víctima. Nyx levantó la daga instintivamente, sabiendo que sería desgarrado por las afiladas uñas; sin embargo, la bestia cayó al suelo con la daga clavada en la garganta y un ahogado gruñido y Nyx permaneció de pie ileso. Se miró el cuerpo, atónito por no haber recibido ningún rasguño y entonces comprendió que Artus había proyectado un escudo protector sobre él, a pesar de que esto restaba poder a su magia ofensiva.

Mientras Nyx luchaba con el hombre-lobo, Artus había acumulado poder y lo lanzó en forma de estallido cegador que diezmó la manada de lobos, haciendo que, los pocos supervivientes huyeran aterrados. Inmediatamente, el mago se giró para comprobar que su hermano no estaba herido.

—¿Estás bien? —le preguntó. Luego viendo al hombre-lobo caído a sus pies le palmeó el hombro—. Bien hecho, Nyx.

Éste le miró sin contestar, todavía temblando estremecido por el encuentro con la bestia.

—Tranquilízate —dijo Artus abrazándole—. Ya ha pasado todo y los dos estamos sanos y salvos —le apartó suavemente y le guiñó un ojo.

—Vámonos antes de que sirvamos de cena a alguna otra bestezuela.

Se agachó a recoger la daga de Nyx que aún estaba clavada en la garganta del hombre-lobo, la limpió en el áspero pelaje de la criatura y se la entregó a su hermano.

—Guárdala ya que te ha servido bien.

 


12 comentarios:

  1. Hola, Minu la historia se esta poniendo super interesante estoy ansiosa por el siguiente capitulo.
    besos

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    1. Hola, Ono. Hoy mismo voy a poner el capítulo 3 y espero poner uno nuevo cada día. Besoss.

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  2. ME GUSTARIA PODER LEER DESDE EL PRIMER CAPITULO, PARECE MUY INTERESANTE Y A PODER SER PODER BAJARLO PARA PODER LEERLO ININTERRUMPIDAMENTE, TAMBIEN ME GUSTARIA SABER QUIEN ES EL AUTOR PARA SABER SI TIENE LIBROS SIMILARES

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    1. Hola, María Dolores. El primer capítulo está justo debajo de éste y el siguiente lo voy a poner dentro de un rato. La autora soy yo, de esta novela y de todos los relatos que hay en el blog. Tengo algunas historias de este estilo escritas en papel, así que iré pasándolas al ordenador cuando termine ésta. Besoss.

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  3. Hola, Minu. Me encanta la relación que tienen estos hermanos, que Nyx sienta que junto a Artus está del todo seguro dice mucho de los lazos que los unen. Nyx es un personaje que enamora, es como un cachorrito, aunque me da la impresión que va a tener que crecer de golpe en esta aventura.
    Ya tengo ganas de seguir leyendo, jeje
    Gracias por el capi.
    Besos

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    1. Hola, Ana. Pues sí que tendrá que madurar un poco, dentro de sus posibilidades, jajaja, tiene un carácter demasiado despreocupado. No te preocupes que esta historia irá rápido, por lo menos, intentaré poner un capítulo nuevo todos los días. Besoss.

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  4. Son tan lindos los hermanos! Espero que aprendan mas magia y mas hechizos chulos *-*
    Jujuju

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    1. Hola, Saito. Bueno, Nyx no creo que aprenda mucho, es un negado para la magia, jajaja. Besoss.

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  5. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  6. Muchas gracias, Billy. No sabes cuánto me animan tus comentarios, y eso es importante porque yo soy de las que si no me están azuzando, me entra la pereza y lo dejo a medias. Y en cambio, me están dando ganas de ponerme a escribir más, jajaja. Besoss.

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  7. Hola minu.
    Vaya despiste que llevo encima, me acabo de dar cuenta de los dos capis, jajaja.
    Me ha gustado mucho, esto cada vez se va poniendo mejor y esa capacidad tan maravillosa que tienes para recrearnos esos ambientes, que con sólo cerrar los ojos parece que los estamos viendo, es fabuloso. Me encantan estos dos hermanos y la relacion que tienen, y como Artus protege constantemente a su hermano y lo ingenuo que es en ocasiones Nyx, y la escena del bosque cuando tiene miedo y al final se queda dormido apoyado en su hermano, nose.. me ha encantado.
    Muchas gracias por compartirlo con nosotr@s. Marcho al otro.
    Besosss

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    1. Muchas gracias a ti por comentarlo. Me alegro mucho de que te gusten estos dos hermanos, que yo también les cogí cariño mientras iba escribiendo su historia, jajaja. Besoss.

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