viernes, 17 de agosto de 2012

POSESIÓN


            23 de octubre de 1966



            Hoy me ha sucedido algo extraño y aterrador. Volvía a casa en el autobús y de pronto, he visto reflejada en el cristal de la ventanilla a una mujer que se dirigía hacia mí, abriéndose paso entre la gente con una ansiedad desesperada. Me he vuelto hacia ella asustada, pero había desaparecido.

            Más tarde he vuelto a verla en varias ocasiones. Unas veces, a través del cristal de los escaparates, otras por el rabillo del ojo, pero jamás he conseguido verla de frente.

            ¿Qué me está pasando? Dios mío, ayúdame. No puedo hablar de esto con nadie, porque si yo misma creo que me estoy volviendo loca, ¿qué pueden pensar los demás?

24 de octubre de 1966



            Esa mujer siniestra no se ha separado de mí. Vaya a donde vaya, siempre está conmigo y aunque no la vea, siento su presencia a mi lado.  Su calor abrasador humedece mis mejillas y su olor nauseabundo me envuelve constantemente.

25 de octubre de 1966



            Ahora  estoy segura de que no he imaginado nada. Esta mañana, mientras me peinaba, he visto el reflejo de esa mujer junto al mío en el espejo. He podido observar claramente cada una de las arrugas que surcaban su rostro, las venitas azules que recorrían sus párpados y la mancha negruzca de su pómulo derecho. Pero lo que me ha horrorizado ha sido el profundo odio de su mirada y esa sonrisa que me ha recordado a un lobo hambriento.

            He quitado todos los espejos pues no soporto volver a verla de nuevo. Sin embargo, no puedo dejar de pensar en ella. ¿Por qué me ha elegido a mí? ¿Qué es lo que quiere?

10 de noviembre de 1966



            He sido incapaz de volver a escribir hasta ahora. Ha sucedido algo tan espantoso que no creo poder explicarlo con palabras. Pero debo dejar constancia de lo que ha pasado aunque las entrañas se me retuercen de angustia.

            Hace unos días volví a mirarme en un espejo y contemplé aterrorizada, cómo la imagen de esa mujer se fundía con la mía hasta ser sólo una, y sentí que penetraba en mi cuerpo. Ahora está dentro de mí e intenta apoderarse de mi voluntad. Continuamente me susurra cosas malvadas y obscenas. Trata de convencerme para que haga lo que ella quiere, pero eso no va a suceder. Mi espíritu tiene que prevalecer.

20 de noviembre de 1966



            Dios, ¿por qué no has querido ayudarme? Yo nunca había hecho daño a nadie. Pero ella, esa mujer oscura, me ha poseído completamente. ¿Cómo ha podido hacerlo? Estaba paseando por el parque y de pronto ha comenzado a controlar mis brazos y mis piernas, los movía a su antojo sin que yo pudiera hacer nada por impedirlo. Ha hecho que me acercara a un niño que jugaba solo haciendo dibujos con una tiza sobre el camino de pizarra. Mi mano ha cogido una piedra redonda y lisa y, ese demonio que llevo dentro, ha comenzado a golpear la cabecita del pequeño hasta que la sangre me ha salpicado la cara, el cuello y las manos. Entonces he recuperado el control y tirando la piedra, he huido de allí, limpiándome como he podido con la chaqueta.

            A pesar de que estaba horrorizada por lo que había pasado, pensé que había sido una suerte que me hubiera puesto ese vestido negro que lograba disimular la sangre. ¿Una suerte o ha sido ella la que me ha inducido a vestir así?

22 de noviembre de 1966



            Ha vuelto a suceder. Esta noche, me he escondido entre los arbolillos que crecen junto al portal y cuando ha aparecido esa vecina que siempre me mira con desprecio, me he abalanzado sobre ella y le he rajado la cara. He sentido la cuchilla abriéndose paso a través de la carne, arriba y abajo, a lo largo de todo su rostro, pero sé que no he sido yo porque ni siquiera he notado los golpes que me daba para desembarazarse de mí. Por fin, he tirado la cuchilla y he escapado, escondiéndome entre las sombras.

            Al llegar a casa, me han acometido unas nauseas incontenibles y he vomitado hasta que me he sentido completamente vacía. ¿Por qué Dios permite que me suceda todo esto?

28 de noviembre de 1966



            Por fin todo va a terminar. No puedo dejar que el monstruo que habita dentro de mí vuelva a actuar. No después de lo que ha sucedido hoy.

            He salido a pasear creyendo que mi espíritu había logrado vencer, pues desde la última vez que escribí, me he sentido totalmente libre. Sin embargo, sin saber por qué, he cogido un aguja de tejer y, al acercarme a un anciano que reposaba en un banco, la he sacado y se la he clavado en el cuello. Y mientras contemplaba fascinada la sangre deslizándose por su garganta, he comprendido que jamás llegaría a ser libre. Por eso, he cogido el cuchillo de la cocina y me he abierto el vientre para obligarla a salir, para que se enfrente a mí cara a cara.

2 de diciembre de 1966



            He despertado en un lugar extraño y por un momento he pensado que había sido un sueño, pero en seguida me he dado cuenta de que todo era real pues, al moverme, he notado el tirón de los bordes de la herida de mi vientre. Y también he sentido las ataduras que me ceñían las muñecas y tobillos.

            Algo después ha venido una enfermera y me ha soltado para que pudiera comer y me ha proporcionado papel y lápiz para poder continuar mi narración.

5 de diciembre de 1966



            Hoy me han quitado las ligaduras y han dejado de darme calmantes. Por fin, estoy completamente despierta y me siento feliz porque ha desaparecido todo rastro de la mujer oscura. Ya soy libre de nuevo.

8 de diciembre de 1966



            Ésta es la última vez que voy a escribir en mi diario. Después de desayunar, he pedido un espejo para arreglarme un poco el pelo. La enfermera me ha traído un espejo pequeño, con un desconchón en la parte de arriba, y lo ha colocado en la bandeja donde me sirve la comida para que pudiera verme bien. Sólo he visto reflejada mi cara. Un rostro surcado de arrugas, con finas venas azules en torno a los ojos y con una mancha negruzca en el pómulo derecho.



           

7 comentarios:

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    1. Hola, Billy. Muchas gracias por tus palabras aunque ni siquiera le llego a la suela de los zapatos de esos autores que mencionas, jajaja. Con este relato quería transmitir lo que puede sentir una persona cuando empieza a desarrollar los síntomas de una enfermedad mental como algún tipo de psicosis y al mismo tiempo darle un poco de ambigüedad con su supuesta posesión por otro espíritu. Besoss.

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  2. Hola, como ya dije el terror no es lo mio, pero tu relato me ha gustado. Da miedo, pero no un miedo a monstruos, sangre y visceras, sino un miedo muy real porque nos puede suceder; un buen dia algo hace clic en tu cabeza y adiós a todo. Besos.

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    1. Hola, Astrid. Me alegro de que te haya gustado aunque no te vaya el terror. A mí el terror psicológico es el que más me interesa, aunque reconozco que me gustan mucho las historias de terror en general y también las películas. Besoss.

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  3. Me ha encantado Minu, describe muy bien como va cayendo poco a poco en la locura, es un relato fantastico. Muchas gracias y un beso.

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    1. Muchas gracias, Ilnag. Me alegro mucho de que te haya gustado. Besoss.

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